Son las 7:00 de la mañana. A estas horas estaremos subidos a un autobús, camino de Santiago para recoger a más compañeros MAGIS y emprender nuestro viaje hacia Madrid. ¡Por fin han llegado las JMJ! ¡Allá vamos!
Nos vamos de Vigo. Y lo hacemos con muchas ganas de participar de esta fiesta de la fe. Todavía resuenan en nosotros las palabras que Jim anteayer nos dijo en la Homilía: “Hace una semana éramos desconocidos, pero poco a poco el Amor ha crecido en y entre nosotros, el amor de la amistad, el amor de sentirse familia”. Y nos invitó a compartir ese Amor, signo por el que nos reconocerán. Y es cierto, es mucho lo compartido en esta semana en Vigo: muchas vivencias, muchas experiencias, aprendizajes, momentos intensos de reflexión y oración, celebraciones, muchas risas, muchos juegos, muchas conversaciones… que nos han llevado a convertirnos en un verdadero grupo, unido, congregado, cohesionado…
Y si todo esto ha sido posible, en primer, lugar es gracias a Él, que nos ha convocado, que nos ha llamado a vivir esta experiencia, que se ha hecho presente entre nosotros, en los demás.
Pero no podemos olvidarnos también de dar las gracias a todas aquellas personas que, aunque quizá no se vengan a Madrid con nosotros, han sido verdaderas personas MAGIS. A todos ellos, a todos los que habéis estado con nosotros en estos días en Vigo, muchas gracias. Gracias por la acogida, gracias por conseguir que todo estuviese dispuesto, por acompañarnos en las salidas por vuestra ciudad, gracias por prepararnos el desayuno, gracias por enseñarnos tantas cosas en los talleres, gracias por uniros a nosotros en nuestras celebraciones, gracias…
Hoy nos despedimos de Vigo, donde de verdad hemos vivido una experiencia MAGIS, que siempre llevaremos con nosotros.
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