Desde primera hora de la mañana de ayer, sábado 20 de agosto, nos hemos ido trasladando poco a poco, según nuestros lugares de procedencia, hacia el aeródromo de Cuatro Vientos, para por la tarde poder participar en la velada de oración con el Papa y acudir al día siguiente a la Eucaristía de conclusión de esta JMJ.
Una jornada cansada, de muchas horas de espera al sol, para luego acabar empapados tras una fuerte tormenta... pero ya llevábamos muchos días emPAPAndonos y sobre todo empapándonos de Cristo.
El ambiente, impresionante, con más de 1.500.000 personas en el aeródromo. Con tanta gente son inevitables algunos problemillas de organización, para acceder, entrar, situarse en Cuatro Vientos... pero todo queda empequeñecido ante las ganas de seguir disfrutando de esta fiesta de la fe y de la juventud. Poco importa la mojadura, rápido se olvida el cansancio o la noche pasada al raso.
Culminan unos días muy intensos. Y nos sentimos enviados a compartir todo lo vivido entre las personas que nos rodean, en nuestros hogares, lugares de trabajo, amistades... Y es que es mucho lo que tenemos que compartir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario